La leche en polvo es un alimento que ha cobrado popularidad en los últimos años debido, principalmente, a su propiedad no perecedera. Esto funciona muy bien para personas que viajan bastante y necesitan transportar sus alimentos. Esto, sumado con las dinámicas actuales, representa un estilo de vida que cada vez toma más fuerza y modifica nuestra manera de alimentarnos.
Para empezar, la leche en polvo es un lácteo al que se le somete a un proceso de deshidratación, evaporando el agua contenida en la leche pasteurizada. La leche en polvo puede encontrarse en el mercado como entera, semidesnatada, desnatada o deslactosada. Es decir que hay de todo tipo de leches según tus necesidades nutricionales, ya sea dieta baja en grasas o intolerancia a la lactosa.
Es importante resaltar que dicho proceso de deshidratación no implica que la leche en polvo pierda las bondades de la leche fresca, de hecho, estos procesos muchas veces incrementan el valor nutricional del alimento debido a la adición de vitaminas.
Es así como la leche en polvo cuenta con vitaminas A, B9, D, C, E y E. Además minerales como calcio, fósforo, potasio, sodio, entre otros. Carbohidratos, debido al contenido de azúcar en lactosa. Esto, sin embargo puede variar dependiendo el tipo de leche en polvo que se consuma.
Claramente, estos componentes nutricionales significan aportes a nuestra salud como: el fortalecimiento de los huesos, el crecimiento en etapas de desarrollo, como la niñez, el mantenimiento de las funciones cerebrales y el mejoramiento en la apariencia de la piel.
Así que, si aún no consumes leche en polvo, te invitamos a analizar esta información y empezar a hacerlo ahora, ¡es una gran opción para alimentarte sanamente!
Fuente: https://asoleche.org